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25 MAY 2022

"Me fui metiendo de a poco y no salí más"

Matías Cabrera es uno de los principales referentes del fútbol playa en Uruguay; Disputó seis mundiales e innumerables certámenes a nivel local y sudamericano

A poco más de una hora de iniciar la Copa América 2022 en Paraguay, el plantel celeste se acomodaba en uno de los vestuarios del Estadio Mundialista Los Pynandi. El entrenador dio la noticia y se escucharon aplausos y gritos de aliento: la cinta de capitán sería para Matías Cabrera.

 

El líbero de 36 años es un referente ineludible del deporte en Uruguay. Es de los jugadores que queda de la vieja camada histórica que alcanzó, entre tanto, un vice-campeonato mundial en 2006 frente a una selección de Brasil que lo ganaba todo.

 

El año pasado, en Rusia, logró lo que ningún jugador que vistió celeste podría haber alcanzado anteriormente. Firmó su sexto certamen organizado por la FIFA y llegó a seis, lo que se resume en que participó en todos en los que estuvo Uruguay, menos en la edición 2005.

 

Más allá de logros, reconocimientos y mimos, de esos que hacen bien y enaltecen el orgullo, la carrera de Cabrera inició una cuenta regresiva en la que solo él marcará la o las respuestas que aún quedan pendientes. Por lo pronto seguirá corriendo en las arenas de Asunción, Pocitos o donde el fútbol playa lo indique.

 

-¿Qué significa llevar la cinta de capitán?

 

Es un honor para mí. Refleja muchas cosas, antigüedad, el respeto de los compañeros, que ellos siguen tus decisiones y que tenés que estar atento a todo, positivo y a full.

 

-En los últimos certámenes, inclusive en el Mundial, el cuerpo técnico varió partido a partido ese rol. ¿Supiste con anticipación que esta vez te tocaría a vos o te enteraste mismo en el estadio, previo al partido ante Perú?

 

Fue ahí, cuando nos lo comunicaron a todos y fue un halago. Por supuesto que está Gastón (Laduche), quien no pudo venir esta vez, y es un referente, un pibe que para su edad es muy maduro. Generalmente, desde que está Germán (Parrillo) alternamos los dos y algún que otro compañero.

 

-Hubo aplausos cuando se confirmó la capitanía, ¿te esperabas esa reacción de los compañeros?

 

(Risas) No sé si me lo hacen para despedirme o qué… Como te comentaba, siento que puedo afrontar de buena manera esta responsabilidad.

 

-¿Con qué estilo de liderazgo te identificás?

 

Lo mío siempre fue desde el humor, con chistes, e intentándome poner siempre desde el lado del que habla menos, que le cuesta un poco expresarse. Me gusta estar con ellos.

 

-¿Te ves en alguien que te haya ayudado cuando eras más joven y dabas tus primeros pasos en la selección?

 

Aprendí de varios compañeros, tuve la posibilidad de estar en muchos equipos de fútbol playa. No creo que sea único, pero me considero una persona especial y trato de aportar todos los días de mi vida un poco de lo que me enseñaron en todo este tiempo.

 

-¿Cómo es ser dirigido por Germán y Leandro Ortiz, dos personas con las que compartiste plantel en su momento? ¿Lo llevás con naturalidad o la relación es distinta, sobre todo en cuanto a los roles que desempeñan ahora?

 

Nos conocemos hace más de 15 años. Claramente las posiciones ahora no son las mismas, quizá hacemos algunas bromas, pero el respeto técnico – jugador siempre está. No voy, ni pretendo cruzar esa línea.

 

-¿Te ves como entrenador a futuro?

 

En este momento no lo pienso. No lo tengo en mis planes, pero la vida da sorpresas, nunca se sabe.

 

-Aún así trabajás como profesor de futvoley. ¿No sería lo mismo que estar al frente de un plantel, de una manera u otra?

 

Para mí hay una gran diferencia. Una cosa es ser técnico de una selección, de un equipo y otra es enseñar, como en este caso, a jugar al futvoley. Yo doy clases y es un deporte que amo, obviamente que también al fútbol playa, pero esto me apasiona porque tiene varios niveles de enseñanza.

 

-La arena siempre está involucrada. Es tu lugar, ¿no?

 

Es que hablando pronto me salvó la vida. Tuve momentos críticos en mi adolescencia, que no los vamos a hablar ahora, y el deporte estuvo ahí.

 

-En una de las primeras respuestas comentabas en broma como que te quieren retirar. ¿Ves cerca ese final o tratás de saber que está ahí, pero no pensás en él?

 

Te voy a ser sincero, sí, está en mis planes. Hablaba un poco con Ger y Fiore (Leandro Ortiz), cada vez me cuesta más ir a entrenar. Ojo, eso no significa que el cierre sea próximo, pero que está, está. Por ahora vamos bien, veremos a dónde llegamos.

 

-Jugaste seis Mundiales, muchísimos torneos sudamericanos, a nivel local conseguiste títulos. Por supuesto que no creo que la futurología se apoderara de vos cuando eras más joven, aún así, ¿conseguiste más de lo imaginado o realmente te esperabas esto?

 

Logré muchísimo más. Entré al deporte como un aficionado, para divertirme, me fui metiendo de a poco y no salí más. Por eso a los jóvenes les digo, en joda por supuesto, que esto es como la mafia. Te vas enamorando, surgen viajes, vas conociendo hoteles y todo es espectacular. No creo que se pueda vivir del fútbol playa, pero que te va a dar satisfacciones, seguro.

 

-Hace poco conviviste con la selección sub-20 en Santa Fe. Te tenían aprecio los chiquilines. ¿Qué te decían, eran de preguntarte cosas, charlar de tu carrera, etc.?

 

(Risas) Tengo 36 años, pero soy un niño. Me encanta hacer jodas, contar chistes, me siento cómodo con los más jóvenes. Este grupo se vio reflejado en esto, lo sintió así. Aparte me trataron con respeto, nunca se pasaron, fue formidable realmente.

 

-¿Sentís que le falta algo a tu carrera o te das por cumplido?

 

Capaz que está mal decirlo, creo que ya hice todo. No sé qué me falta, un campeonato del mundo, ni que hablar. Obviamente que siempre quedan cosas, pero estoy muy conforme.

 

-Y en 2023, ¿qué va a pasar si se llega a dar la clasificación?

 

(Risas) Qué pregunta…

 

-¿No querés proyectarte tanto o es un objetivo alcanzable, a nivel personal?

 

No sé todavía, sinceramente estoy en veremos. Necesito una inyección de ilusión para ver si puedo llegar. Quiero, ni que hablar, pero en este momento estoy pensándolo mucho.

 

-¿Qué te parece este período de recambio en la selección? ¿Hay material para tener en cuenta?

 

Hay bastante, como hace tanto no veía. El futuro es enorme y ojalá que los que estén ahora sigan. La sub-20, por ejemplo, aparte de tener un grupo humano magnífico, cuenta con un nivel tremendo.

 

-¿Cuánto cambió el fútbol playa en todo este proceso que viviste, no solo a nivel de selección? ¿El amateurismo se aproxima, lentamente, al profesionalismo o por lo menos es menor en este momento?

 

Cuando hablo con algunos gurises que se quejan de que no hay agua, por ejemplo, les digo que en 2006 me tenía que lavar la remera del entrenamiento o el partido y usarla nuevamente al otro día. Ahora tenemos equipier, un equipo médico, nutricionista. ¿Te digo la verdad? Yo me siento en el Manchester. Es un privilegio todo lo que tenemos y solo debemos preocuparnos de jugar.

 

-Defender la camiseta de la selección es el sueño máximo de cualquier futbolero. ¿Qué es para vos? ¿Cuánto vale el escudo que está puesto allí?

 

Es lo que me llevó a estar 16 años pasito a pasito. Me perdí solo tres viajes en todo este camino. Uruguay es mi vida, la patria, el orgullo de 3 millones que manda su mensaje de aliento, aunque se trate de un deporte amateur.

 

Delegación de Uruguay en la Copa América de Paraguay 2022

 

1 – Alejandro Guerrero

2 – Maximiliano Echenique

3 – Santiago Miranda

4 – Leandro Batista

5 – Gonzalo Rosa

6 – Agustín Quinta

7 – Richard Catardo

8 – Guillermo Costa

9 – Matías Guerrero

10 – Matías Cabrera

11 – Nicolás Bella

12 – Federico Rocco

 

Director técnico – Germán Parrillo

Asistente técnico – Leandro Ortiz

Preparador físico – Daniel Bonino

Sanidad – Karina Olivar y Gastón Corral

Nutricionista – Florencia Pena

Equipier – Fernando Noble

Prensa – Mathías Roselló

Presidente de la delegación – Kevork Kouyoumdjian

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